VOLVER A SOÑAR





 He decidido volver a  soñar.








Volver a creer  que todo es posible si se desea con fuerza. En mi vida han cambiado las prioridades. Ha cambiado el sentido de los días y sobre todo han cambiado los sueños.

No se han vuelto peores o menos válidos, aunque probablemente sí menos ambiciosos.

No quiero lujos. No quiero presumir de nada ni de bienes materiales. Sólo quiero ser yo misma. Intentar con todas las fuerzas que me permita mi alma ser feliz. Y tener siempre una sonrisa reflejada en mi cara.

No necesito absolutamente nada más. Tengo con muy poco mucho más de lo que hubiera imaginado nunca.

    No todo ha sido un camino de rosas...en los últimos años ha pasado de todo. Las tinieblas también han tenido su protagonismo cubriéndolo todo de un gris intenso y espeso. De un gris que sólo ha podido difuminarse levemente con el tiempo a un gris claro algo más llevadero.

  Pero en días de lluvia, la tormenta suele acudir a la memoria, las risas se transforman en lágrimas llenas de recuerdos.

Dejé un tiempo de escribir. Desde aquel relato amargo y sordo con el que pretendí desahogarme tras su muerte sin mucho éxito. Porque el recuerdo de la muerte de alguien que quieres siempre, y digo bien, siempre está presente. En una canción, en un flash-back del pasado, en una tarde gris lluviosa, en cualquier rincón del alba…

Desde entonces no había pensado en volver a escribir historias o simplemente garabatear sobre mis estados de ánimo.

Quizás estaba enfadada con el mundo, vacía de inspiración, dolida e impotente frente al destino a veces tan cruel.

  Pero quiero que todo cambie. He pensado que las palabras pueden surgir de nuevo, pueden comenzar a brotar de mi mente y de mi pluma. Pueden convertirse en historias llenas de emociones indefinidas, escabrosas a veces, pero vivas. Deseo que mis palabras vuelvan a estar vivas y vuelvan a hacer sentir. Porque sé que soy capaz de hacerlo y porque quiero plantearme un reto a mí misma.
Da igual que el resultado no sea ninguna obra de arte. Nunca he buscado que nadie lea lo que escribo. Pero sí quiero conseguir ruborizarme, volver a sentir cosas, sentir  esa ansiedad constante de confesarme con el folio en blanco y transmitirle cada sentimiento oculto de mi corazón.

  ¿Hay acaso algo más hermoso? Es otra forma de sentir la vida, de dejarte llevar hasta un terreno desconocido.

  Sin miedos ni tabúes. Sin barreras físicas ni mentales.

Al escribir un mundo nuevo se abre ante mis ojos. Sin ningún límite, sin ninguna restricción que me impida seguir adelante. Yo decido cuándo y cómo seguir, cuándo empezar y cuándo terminar cada historia.

He vuelto a resurgir de mis cenizas, como el ave fénix. Y dispuesta a todo. A descubrirme. Dispuesta a recuperar esa parte de mí que me hacía diferente a los demás.

 No escribo para ser leída o comprendida. Escribo sólo para mí, para combatir mis miedos y mi soledad. Para sentirme completa y viva. Para no olvidar nunca quién soy y no dejar nunca de soñar.
Escribo porque forma parte de mí, porque yo soy palabras que se plasman en el papel, que se quedan volando en el viento, que alcanzan alguna ventana abierta y algún que otro corazón.
Escribo porque estoy viva y porque vivo a través de lo que soy capaz de expresar.
Escribo para sentirme viva y vivo para poder escribir. Es un círculo vicioso que nunca llega a ninguna parte...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

APRENDER EN COMUNIDAD

LA NARIZ ROJA