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Mostrando entradas de diciembre, 2013

PRIMER ACTO

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                                                  Además de la literatura y de la escritura, tengo otra gran pasión que todavía no os he comentado: el teatro. La descubrí como casi todas las cosas, por casualidad. En una etapa dura de mi vida, después de una separación inesperada y difícil, me encontré por primera vez sola. Realmente sola. Tenía dos opciones. Seguir encerrada en mi cuarto llorando a lágrima viva o salir a la calle, levantarme de nuevo y empezar a caminar. Al principio lo hice sin rumbo fijo. Estuve varios años sin saber hacia dónde ir. Y me apuntaba a todo: a yoga, a viajes, a fiestas. Y también a clases de teatro, ¿ por qué no?. Por probar, para conocer gente nueva y salir de mi monotonía. Y así, sin pretenderlo, me refugié en la magia del teatro, un mundo del que es muy difícil escapar. Te ayuda a conocerte a ti mismo y a ponerte a prueba cada día. El teatro fue un empujón para relacionarme con la gente, para olvidar

REFLEXIÓN

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Se puede escribir sobre cualquier cosa. Para mí la escritura es una terapia, una necesidad que he intentado siempre satisfacer sobre el folio en blanco. Desde muy pequeña sentí este impulso de expresar todo lo que me pasaba por la cabeza escribiendo. Primero con mi bolígrafo bic en cualquier libreta o folio, después con mi máquina escribir Olivetti, a continuación pasé a mi máquina de escribir electrónica y ahora sobre la pantalla del ordenador. En realidad da igual el soporte, lo importante es el mensaje, el hecho de no cansarte nunca de expresarlo todo. Cuando no tenía conciencia de lo que me pasaba, solía escribir líneas sin sentido, en cualquier parte. Escuchando una clase aburrida de historia en el instituto, intentando estudiar sobre los apuntes, donde fuera y como fuera... Incluso plasmaba muchas veces los sueños que había tenido y que me resultaban curiosos. Los escribía y quedaban plasmados como pequeñas historias. Es una costumbre que he ido desarrollando con el tiempo.

MI NOVELA...

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Hace tiempo intenté explicar las dos maneras que, según mi opinión, existen para escribir y relatar una historia. O bien se inventa o bien se narran unos hechos vividos en primera persona. Por supuesto que existen mil maneras de hacerlo.  En cuanto a la opción para mí más compleja, la de crear una historia desde cero, no tiene que ser algo que se te ocurra de pronto y que parta de la nada. Puede ser que viendo una película o leyendo un buen libro se te ocurra de pronto una idea de cómo empezar a desarrollar una historia. O puedes mezclar imaginación e historia, hechos históricos de personajes reales o hacer paralelismos indescifrables para el lector. Todo es válido. En cuanto a relatar un acontecimiento personal, el proceso es mucho más lento y desgarrador, porque escribir sobre algo que te ha hecho sentir supone revivirlo y a veces es duro enfrentarse de nuevo a la realidad que sigue invariable. Otra opción es escribir sobre algo que no te haya ocurrido a ti sino a una