PRIMER ACTO
Además de la literatura y de la escritura, tengo otra gran pasión que todavía no os he comentado: el teatro. La descubrí como casi todas las cosas, por casualidad. En una etapa dura de mi vida, después de una separación inesperada y difícil, me encontré por primera vez sola. Realmente sola. Tenía dos opciones. Seguir encerrada en mi cuarto llorando a lágrima viva o salir a la calle, levantarme de nuevo y empezar a caminar. Al principio lo hice sin rumbo fijo. Estuve varios años sin saber hacia dónde ir. Y me apuntaba a todo: a yoga, a viajes, a fiestas. Y también a clases de teatro, ¿ por qué no?. Por probar, para conocer gente nueva y salir de mi monotonía. Y así, sin pretenderlo, me refugié en la magia del teatro, un mundo del que es muy difícil escapar. Te ayuda a conocerte a ti mismo y a ponerte a prueba cada día. El teatro fue un empujón para relacionarme con la gente, para olvidar