PRIMER ACTO





                                         






    

   Además de la literatura y de la escritura, tengo otra gran pasión que todavía no os he comentado: el teatro.

La descubrí como casi todas las cosas, por casualidad. En una etapa dura de mi vida, después de una separación inesperada y difícil, me encontré por primera vez sola. Realmente sola.

Tenía dos opciones. Seguir encerrada en mi cuarto llorando a lágrima viva o salir a la calle, levantarme de nuevo y empezar a caminar.

Al principio lo hice sin rumbo fijo. Estuve varios años sin saber hacia dónde ir. Y me apuntaba a todo: a yoga, a viajes, a fiestas. Y también a clases de teatro, ¿ por qué no?. Por probar, para conocer gente nueva y salir de mi monotonía. Y así, sin pretenderlo, me refugié en la magia del teatro, un mundo del que es muy difícil escapar. Te ayuda a conocerte a ti mismo y a ponerte a prueba cada día.

El teatro fue un empujón para relacionarme con la gente, para olvidarme de mis propios problemas hasta creer realmente que eran absurdos y también me hacía sentir más segura a cada paso que daba. Seguí caminando y cada vez la luz estaba más clara, empezaba a saber hacia dónde dirigirme. O por lo menos, hacia dónde no volvería a dirigirme jamás. Y así comenzó todo. O mejor dicho, así siguió todo, porque jamás se había terminado. La vida siempre continúa…

Pero no quiero divagar, voy a centrarme en mi pasión por el teatro.

He realizado distintos talleres con distintos profesores,  y todos me han aportado algo. Pero ha sido en la Escuela de Francisco Cenamor, durante estos tres años que llevo en ella, donde realmente he aprendido valores que forman ya parte de mí.

La mayoría de los ejercicios que realizamos son a través de la improvisación. Aunque parezca mentira, con ellos no sólo se ejercita la memoria sino también la capacidad de reacción ante distintas situaciones, comienzas a escuchar a los demás, a estar siempre alerta y atento, aprendes a hablar sin decir nada, a entender el lenguaje gestual, a tener siempre algo que decir, a conocer tu propio cuerpo, a ser consciente de él y de sus posibilidades infinitas.

Es complejo resumir tres años de aprendizaje en unas líneas, así que no voy a hacerlo. Sólo quiero recalcar que he conocido a gente muy válida en esta escuela, a gente que espero que sigan durante mucho tiempo formando parte de mi vida, a gente con mis mismos problemas, a personas que decidieron un día cualquiera apuntarse a clases de teatro por diferentes motivos.

He vencido muchos de mis miedos, y he descubierto que todavía me quedan muchos más por vencer, y cada vez tengo más ganas de superarlos.

He representado en distintos espacios. En algunos el escenario no era más de un metro cuadrado ( microteatro), y notabas hasta la respiración de los asistentes. En otros, el calor del público te arropaba y en los teatros grandes los focos no te mostraban la cara de los espectadores. Todos estos escenarios tenían el mismo denominador común: la improvisación y uno o varios nexos de unión. Con pequeñas ideas que la gente escribe en un trozo de papel en blanco, se pueden desarrollar “Historias Mínimas”, pequeñas historias con su comienzo, desarrollo y final. Lo apasionante es que todo sucede en el momento, ni siquiera los propios actores sabemos qué va a pasar ni cómo terminará todo. Pero nuestro reto es crear algo con sentido en muy poco espacio de tiempo, cerrar y abrir una historia nueva en escasos minutos. Y si además llega a la gente, mucho mejor. El buen funcionamiento del grupo nos ha llevado a crear un espectáculo un poco más complejo, “Ímprobos”, pero con el mismo espíritu de siempre: improvisar creando historias.

Yo siempre animo a la gente a acercarse a este apasionante mundo, a que se dejen llevar por el teatro, a que se demuestren a sí mismos hasta dónde son capaces de llegar. Mi camino en el teatro acaba de comenzar. Quién sabe hacia dónde irán ahora mis pasos…


(Fin del primer acto)

Comentarios

  1. Me encanta el nuevo diseño del blog, con sus paneles dinámicos y sobre todo las fotos de cada entrada. Son mágicas. Sigue así, Manuela Mendoza.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Alberto. Me alegra que te guste, quería hacerlo más visual para que la gente se animara a leer los contenidos.
      Saludos.

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    2. Gracias por descubrirme el maravilloso mundo del teatro. Engancha ...

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