CREER EN ALGO...

 

A veces los sueños no se hacen realidad. Y los deseos se convierten en una obsesión que anula todo lo demás. Así es la vida de Gabriela, una mujer joven que se siente vacía por dentro. Porque su deseo tan intenso de ser madre y tantas veces frustrado le ha envejecido el alma. Su matrimonio ha fracasado, y no encuentra ningún rumbo en su camino. Necesita creer en algo…


creer en algo


El primer día de primavera, Gabriela aún no lo sabe, pero será el comienzo de su nueva vida. Nunca ha ido a misa, no es creyente, pero necesita algo de luz en el horizonte. Después de un largo paseo, al pasar por delante de la iglesia, siente el impulso de entrar. No hay mucha gente, se sienta en uno de los bancos de atrás y simplemente escucha. Escucha los cánticos, escucha el sermón del cura sin prestarle demasiada atención. Pero de algún modo extraño, algo dentro de ella se calma.

A la salida de la misa, empieza a anochecer. Hace un poco de frío.

Camina hacia su casa y se para en seco al escuchar el llanto ahogado de un bebé. El sonido proviene de un pequeño callejón. Se acerca y detrás de unos cubos de basura, lo vio. Se queda petrificada. Hay  un canasto con un bebé. Está arropado con una manta y un gorrito de lana y se calla cuando Gabriela lo coge entre sus brazos con muchísimo cuidado. Se va hacia casa, le baña, pide leche por internet y lo acuna entre sus brazos hasta que se duerme. No puede avisar a nadie. No sabe qué es lo más conveniente. Solo hace lo que ella ha estado soñando hacer desde hace tanto tiempo…por puro instinto…


No puede pensar, sólo disfrutar de ese regalo que Dios ha puesto en su camino. Porque ella más que nada en el mundo, necesita creer en algo…

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