Estudié periodismo, pero profesionalmente me he dedicado en los
últimos años a trabajar como administrativa en distintos centros de estudios.
He sufrido de cerca el horror de esta pandemia y me encuentro en una etapa de
mi vida en la que necesito respirar y saber hacia dónde quiero ir. Por ese
motivo he dejado mi trabajo en el que me sentía ahogada, para poder parar.
Parar y pensar.
Ahora que lo pienso, tampoco
estudié periodismo por vocación. A mis casi cuarenta y cuatro años aún estoy
buscando mi verdadera vocación, aunque he de decir que hay muchas cosas que me
apasionan. Era muy buena estudiante y saqué más de un siete de media en la selectividad.
Podría haber estudiado derecho o cualquier otra carrera de letras. Es difícil
tomar una decisión tan importante siendo tan joven. A esa edad, la mayoría no
hemos tenido suficientes experiencias vitales ni tenemos por qué saber a lo que
queremos dedicarnos. En fin, elegí al azar. Me apasiona la escritura y por este motivo he decidido crear mi propio
blog.
Será una especie de blog literario y de cajón
de sastre. Me encantará llenarlo de contenidos interesantes y sobre todo os
contaré miles de historias.
He participado en varios concursos literarios
y también tengo un proyecto entre manos, estoy escribiendo mi primera
novela.
Leo todo lo que puedo, creo que tener una
buena base cultural es fundamental para lanzarte a escribir, para aprender a
expresarte correctamente y que la gente te comprenda.
Me motiva ponerme delante del folio en blanco y empezar a soñar. En
cualquier lugar, incluso en el trabajo. Escribir unas líneas reflejando cómo me
siento, escribir un relato sobre un sueño que he tenido, o sobre cualquier cosa
que se me pase por la cabeza. Escribir sin sentido muchas veces. Y sobre todo
para mí, sólo para mí. Como un acto muy íntimo, me cuesta compartir lo que
escribo. Quizás por miedo a ser juzgada,
o por miedo a no ser entendida. Lo cierto es que la mayoría de las veces no he
buscado destinatario a mis palabras, pero eso no me ha impedido seguir haciéndolo...
Quizás me da miedo pensarque lo que escribo no llega al corazón de nadie.
Descubrir que soy mediocre, que mis
relatos no generan ningún interés. ¿Para qué exponerse tanto a opiniones de
personas que no tienen ni idea de lo que siento? Ni siquiera mis padres o mis hermanas saben
que estoy escribiendo una novela.
Hace muchos años murió una persona a la que quería. No encontré
consuelo en ninguna parte, el vacío se instaló en el aire como una broma
macabra y comencé a escribir, como siempre. Por pura necesidad, por puro
egoísmo. Para intentar evadir el dolor, o concentrarlo en el papel y plasmarlo.
Para vomitar toda la oscuridad que rodeaba a aquella muerte tan injusta. De ahí
nació un pequeño relato que fue el principio de todo. A ese relato, le fui
sumando personajes, anécdotas, algunas reales y otras inventadas, necesitaba
cerrar el círculo que había abierto sin darme cuenta. Dar sentido a todas las
emociones que se agolpaban en mí, tener alguna esperanza por la que seguir
adelante. Y actualmente, estoy finalizando mi novela. Después de casi quince
años. Sí, todo ese tiempo he tardado en superar todos los obstáculos que yo
misma me ponía en el camino cada vez que recordaba lo sucedido. Vencí el dolor,
vencí las lágrimas y vencí mis miedos para entender que lo quiera o no, siempre
vuelve a salir el sol. Quizás la publique algún día, quién sabe.
De momento, me gustaría empezar a abrirme al mundo, romper mis
barreras y compartir en este blog todo el proceso creativo de mi novela.
También os recomendaré libros que me han marcado, compartiré muchos de mis
relatos, pensamientos y reflexiones. Sobre la escritura o sobre otra de mis
pasiones como es el teatro.Tened paciencia conmigo porque soy nueva en esto. Y
todavía estoy averiguando hacia dónde quiero volar.
En medio de todo este caos he decidido ser redactora digital, a pesar
de que no estoy para nada al día en las redes sociales, pero eso no va a ser un
impedimento. Esta vez no voy a poner excusas. Me he cansado de todos mis miedos
y de las barreras que yo misma me he impuesto. Quiero demostrarme a mí misma que
soy capaz de conseguir todo lo que me proponga y quiero salir al mundo,
compartir mis historias, mi universo interior… Porque no me apetece seguir
escondida, porque quiero gritar a todos que escribo desde hace mucho, sí.
Porque de forma casi autodidacta he conseguido terminar una novela, porque tengo
mucho que decir, y no quiero que la muerte tenga la última palabra.
Hay una película que me parece muy tierna pero cuyo mensaje me
cautivó. Babe, el cerdito valiente.
El protagonista es un cerdo que se empeña en cambiar su destino y en contra de
todo el mundo decide luchar por su sueño: conseguir ser perro ovejero. Y lo
consigue. Le admiro y yo quiero ser como él. Quiero ser redactor digital y lo
voy a conseguir. Luego ya veremos hacia dónde me lleva esta aventura.
Me dejaré llevar.
Esta fue la primera tarea preliminar del curso que
realicé de Redactor Digital. Quería compartirla con vosotros.
#soyredactoradigital
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