RETOS Y PROPÓSITOS
Estamos
en Febrero, el segundo mes del año. Seguramente todos tenemos en la cabeza mil
retos y propósitos para cumplir en los próximos meses. Y seguramente algunos
sean los mismos del pasado año que no se cumplieron. Quizás el problema está en
plantearse verdaderos retos y propósitos que sean alcanzables, que no sean tan
ambiciosos. Yo voy a empezar por ahí, por autoevaluarme y ver qué es lo que no
está funcionando.
Yo suelo
empezar el año con un exceso de confianza, creyendo que todo es posible y que
tengo energía para afrontar todo lo que venga. Pero seamos sinceros: una
pandemia mundial con millones de fallecidos y confinamiento incluido, una
nevada histórica de nombre Filomena que vuelve a dejarnos aislados, una crisis económica, unas restricciones que te
obligan a cambiar tu forma de relacionarte y que te impiden hasta besar a tus
seres queridos, un volcán arrasando durante meses sueños y vidas…uf. Son
demasiadas cosas importantes y excepcionales las que están sucediendo en los
últimos tiempos y que realmente minan la energía y la positividad de
cualquiera.
Así que
he decidido cambiar para no hundirme en la miseria con mis retos y propósitos
no cumplidos. Voy a ser mucho menos ambiciosa y voy a saltar de alegría en
cuanto consiga un minúsculo reto y además voy a celebrarlo. A mi manera y
dentro de lo permitido claro, pero a celebrarlo al fin y al cabo.
En esta
autoevaluación personal, me doy cuenta de que he conseguido más cosas de las
que me imaginaba. En primer lugar, he conseguido conservar mi salud, y doy gracias
todos los días por ello. También he conseguido meter el pie en un camino
profesional por el que he apostado, en contra de muchas opiniones que no lo
entienden o no comparten mi empeño en escribir sobre todo. Porque decidí
cambiar de trabajo. Cambié un puesto estable y fijo en un lugar donde no me
sentía valorada ni me sentía a gusto con lo que hacía. Lo cambié por la
incertidumbre, por la ilusión de poder trabajar en un futuro de algo que me
apasiona, por formarme como redactora digital e intentar abrirme paso y hacerme
valer en un mundo donde muchos queremos estar. Y no me arrepiento. A pesar de
todos los obstáculos que estoy encontrando en el camino, también es mucho el
aprendizaje que estoy adquiriendo y sigo queriendo aprenderlo todo y quiero seguir
avanzando paso a paso hasta hacerme una profesional. Y sé que lo conseguiré más
tarde o más temprano. Empiezan a confiar en mí y lo mejor de todo, yo empiezo a
confiar por fin en mí. Conseguí este pasado año escribir, dirigir y representar una obra de teatro, un reto que no puedo pasar por alto y del que me siento muy orgullosa.
También
he apostado por el futuro. Pero teniendo muy en cuenta el presente. Y sabiendo
que en realidad es lo único sólido que tenemos, cada instante. Pero no puedo
evitar soñar, soy de naturaleza soñadora y esta vez quiero soñar a lo grande. Y
he pensado en un proyecto futuro que sé que me hará plenamente feliz. Para
poder alcanzarlo tendré que dar muchos pequeños pasitos primero, pero me
acompaña alguien muy especial en el camino y la sensación de que no estoy sola
y de compartir una locura me hace más fuerte aún.
Así que
resumiendo, mis retos y propósitos para estos próximos años, meses, semanas y
días serán seguir teniendo ilusiones y proyectos de futuro. Intentar mostrarme
más como soy y dar cariño a los que quiero. Y sobre todo mi propósito principal
será disfrutar de cada día y de cada amanecer como si fuera el último, porque
por desgracia, he comprendido de verdad que realmente puede serlo.
Ah, y por
poner retos más terrenales o más concretos, voy a seguir soñando, a caminar más
y a meditar más. Porque la meditación te ayuda a entender o al menos a calmar
muchos aspectos del alma. Que no solo hay que cuidar el cuerpo y la mente, sino
también el espíritu.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario.