FORMACIÓN CONTINUA

 

Formación continua. Son dos palabras que he escuchado desde muy joven, desde que iba al instituto y no entendía su verdadero significado. Entonces, yo daba por sentado que todo lo que estudiaba era más que suficiente, y que apenas quedaba tiempo para salir a divertirte.

                             

Luego vas creciendo y entiendes que hay tanto que aprender, tanto y tan valioso…que ocurre lo contrario. Las obligaciones del trabajo, las responsabilidades, la rutina diaria, la familia, la pareja, el ocio… hacen que apenas quede tiempo para formarte. Para aprender e indagar en tantos campos interesantes.

Desde siempre he tenido un espíritu curioso y me ha gustado leer todo tipo de libros e investigar sobre temas muy diversos. Porque yo creo que el saber no ocupa lugar y que en la vida debes tener siempre una formación continua. Y no sólo culturalmente hablando, sino también formación en valores, en conocimiento sobre ti mismo y sobre el entorno que te rodea.

Yo estudié periodismo no por vocación sino por mi pasión por escribir. Para aprender redacción, para saber hasta dónde podía llegar y por curiosidad. Por pura y simple curiosidad. En definitiva, para seguir aprendiendo. Y descubrí durante la carrera que se abarcaban muchos temas pero no se llegaba a profundizar en ninguno de ellos. Aprendes un poco de redacción, un poco de sociología, un poco de economía, un poco de la historia del periodismo, un poco de todo pero un mucho de nada. Porque  existe un plan de estudios y no hay tiempo para profundizar. Eso se hará más adelante, cuando se practique, cuando se cometan errores, cuando te especialices en alguna rama. De la carrera aprendí que después estudiaría más sobre filosofía, que seguiría redactando artículos y todo tipo de escritos por mi cuenta. Y también fui capaz de entender la economía,  gracias a que un buen profesor supo explicarme cómo funcionaba el mundo. Con palabras entendibles, con ejemplos prácticos, con un lenguaje que dotaba a todo de sentido. Así entendí algo tan complejo como la economía mundial.

Estamos  siempre en formación continua. O al menos a mí me gusta estarlo, seguir manteniendo viva la curiosidad por las cosas. Y esa curiosidad infinita es difícil de saciar, con todos los estímulos y la creatividad que nos rodea. Hay mil mundos por descubrir ante nuestros ojos.

Hay otras dos palabras que están muy relacionadas con la formación: crecimiento personal. Todo lo nuevo que aprendemos hace que crezcamos como personas, que entendamos otras posturas de ver el mundo, que tengamos temas más profundos para conversar.

Yo reconozco que siempre estaré en formación continua. No dejaré de investigar y estudiar sobre filosofía, psicología, yoga, escritura, redacción digital, emprendimiento, arte, teatro…sobre todo lo que me aporte un rayo de luz en mitad de tanto desconocimiento. Sea cual sea el formato: libros, podcast, películas, documentales, museos, cursos online…Navegaré y me formaré porque el conocimiento es ilimitado y jamás llegará el ser humano a poder abarcarlo.