Las Musas Deben Continuar

  Para cualquier escritor, ya sea profesional o aficionado, lo más importante es llegar a los demás a través de las palabras, poder conmover con un escrito. Los más idealistas, desean transformar el mundo, o al menos, remover a los lectores para incitarles a intentarlo. Una de las opciones que tiene un escritor para ponerse a prueba , es presentar sus obras a concursos literarios . En los concursos literarios, los miembros del jurado son profesionales del mundo de la literatura: críticos, editores, catedráticos, escritores con experiencia más o menos reconocidos…Por tanto, siempre resulta un reto y una motivación ser uno de los premiados. El problema es que hay mucho talento y resulta complejo ser reconocido entre tantos creadores. Además, la literatura es subjetiva. Un relato puede estar exquisitamente escrito pero no llegar al corazón de nadie. Para algunos, será más importante la forma que el contenido. Para otros, lo primordial es conectar con el mensaje aunque esté redactado...

  Me siento cómoda con el storytelling , contando cosas sobre mí e historias que me hayan pasado en primera persona. Además, siempre me ha costado mucho escribir ficción. Porque a pesar de mi creatividad, me da miedo no ser coherente, creíble. Temo que los demás no se sientan identificados con lo que digan o sientan mis personajes. Por eso se me planteaban muchos retos a la hora de escribir mi primera novela. Cómo hacerlo, cómo escribir mi primera novela y que el resultado fuera el que yo esperaba. Al final, todo surgió de forma improvisada. Sin planearlo demasiado.   Hubo un hecho trágico en mi vida que me marcó para siempre. En aquellos momentos tan oscuros, encontré mi refugio en la escritura, como tantas otras veces. Empecé a escribir sin parar, vomitando palabras sin sentido, rota por el dolor. Intentando dar salida a mi furia, a mis sentimientos incontrolados, a mi rabia y a mi llanto eufórico. Intentando entender lo que estaba pasando, por qué el mundo seguía gira...