BIRDMAN
Para
las personas que alguna vez han sentido y vivido las tripas del teatro, no
puedo dejar de recomendaros una película fascinante.
Al
salir del cine, escuché todo tipo de comentarios. Algunos totalmente opuestos a
los míos. Así es el cine. No todas las cosas nos afectan a todos del mismo
modo, si fuera así la vida sería demasiado aburrida, he de admitirlo.
Yo no
quería salir del cine, no quería que esa sensación que me había invadido en la
butaca durante la proyección se esfumara y me abandonara. Y lo primero que
pensé fue en compartir mis emociones en mi blog.
Esta
película sólo puede causar dos efectos potentes y contrarios en los
espectadores que vayan a verla: saldrán del cine odiándola o maravillados por ella. Pero de algo estoy
segura, si te apasiona el mundo del teatro, entrarás en ella desde el primer
momento. Yo soy del segundo grupo, por supuesto. Aunque forma parte de mi
personalidad dejarme impresionar por las cosas.
El
director te envuelve y te adentra en el mundo del teatro. De golpe y sin
avisar. Paseando con los actores entre bambalinas, sobre el escenario frente al
imponente público, viviendo los cambios de vestuario y la soledad del actor en
el camerino justo antes de salir a escena, haciéndonos sentir en nuestra piel
lo que el protagonista siente en primera persona.
Hay un
poco de todo, magia, ficción, realidad, efectos sonoros y técnicos, actuaciones
increíbles y muy creíbles, una atmósfera que te atrapa desde los primeros
planos y sobre todo y ante todo, y quizás, impregnándolo todo, un guión
inteligente y que te hará pensar.
Creo
que son ingredientes más qué suficientes para dejarse caer por la butaca de
cualquier cine y dejarse llevar. Sin más.
Para
mí, la película se centra en tres pilares fundamentales: el actor, una obra
maestra, y de forma más sutil, los castings.
Cuando
hablo de actor me refiero a su mundo interno, a la lucha constante por
destacar, por recibir el reconocimiento de crítica y público. Llega un momento
en que el actor no sabe distinguir su personaje de la realidad, está en
continuo enfrentamiento consigo mismo olvidando incluso a los seres queridos
que están a su lado. El lado más profundo y visceral de la profesión se ve
reflejado en los diálogos y monólogos en los camerinos, lugares emblemáticos
donde la persona y el personaje se desahogan y discuten entre sí y con el mundo
que les rodea. Él lucha incesantemente por sentirse querido, aclamado,
satisfecho con su trabajo, actuar se convierte en el centro de su vida, en su
única razón para sobrevivir. Se sumerge en una existencia demasiado intensa y
desgarradora.
Cuando
hablo de obra maestra me refiero a la obra que se representa dentro de la
película. Un clásico que estrenarán en Broadway, en este caso se trata de la
obra de Raymond Carver “De qué hablamos cuando hablamos de amor”. El sueño de
cualquier actor es debutar en los escenarios de Broadway, y que se reconozca
todo el esfuerzo de un gran papel dramático. Habría que analizar este clásico y
el por qué se escogió para representarla dentro de la ficción en Birdman.
Y
cuando hablo de los castings me refiero a la gran competencia que cualquier
actor se encuentra siempre en el camino para poder llegar a ser el escogido
entre cientos, y en muchos casos, entre miles y millones de personas que son
igualmente válidos. Hay que tener algo especial que destaque entre la multitud,
y el proceso de castings y de selección al que se ven sometidos muchos
aspirantes a estrellas puede ser en muchos casos frustrante, ofensivo e incluso,
destructivo.
Todos
estos aspectos se ponen de manifiesto en la película, de forma sutil y
delirante, de forma drástica y dramática, de forma sinceramente espectacular.
Porque el teatro es eso, puro espectáculo. Se mezclan muchas emociones y
cualquiera que se sienta atraído por este mundo se verá reflejado en alguno de
sus protagonistas.
Después
de verla, me acordé de una obra de teatro que vi hace, una obra que fue la que
me animó a meter la cabecita en esta locura de las tablas… Se trata de “Las
tripas del teatro”, representada hace muchos años por Eva Isanta. Y debo
reconocer que me impresionó porque también era un guiño para descubrir el
teatro por dentro, representando en este caso un clásico entre los clásicos,
“Romeo y Julieta” de Sheakespeare.
Después
de tantos años, el teatro sigue vivo, en Broadway, en los escenarios e incluso
en pantalla grande como en este
caso. A todos los amantes
incondicionales del mismo les invito fervientemente a disfrutar de Birdman al
menos la cuarta parte de lo que yo la disfruté.
Para
mí, una obra de arte que dará mucho que hablar.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario.