NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS

Pedro lleva toda su vida en el pueblo. Nunca se imaginó viviendo en ningún otro lugar. Cuando sus amigos terminaron el instituto y decidieron estudiar en distintas universidades de la capital o de otras provincias, él ni siquiera se lo planteó. Era feliz en la granja de su padre, cuidando el ganado, dando de comer a las gallinas y a las vacas todos los días. Sembraban todo tipo de hortalizas como judías verdes, lechugas, tomates, calabacines…que luego vendían en la plaza del pueblo. Después de las clases ayudaba a su padre hasta que caía el sol. Al terminar el instituto y sacarse el bachiller, decidió no seguir estudiando y trabajar a tiempo completo en la granja. Se sentía libre rodeado de animales y en sus pocos ratos libres disfrutaba paseando por el río y respirando naturaleza. No le hacía falta más, no tenía grandes sueños. Tras unos meses sin lluvia, una tormenta torrencial arrasó con todo lo que habían sembrado y toda la cosecha de la temporada se echó...